Tenía ganas de escribir
Tengo ganas de escribir, de volcar lo siento/pienso en una hoja en blanco. Tengo ganas de decir, de contar. Tengo ganas de retomar eso que pausé y que nunca debí haber pausado. Tengo ganas de ser, y nunca soy más que cuando escribo.
Tengo muchas ganas de quitarme estas ganas, de dibujar con
letras tantas cosas que llevo guardadas. ¿Pero qué hacer con tantas ganas? Hay
que dejarlas ser, hay que quitarse las ganas.
Historias en Lente comenzó como un proyecto escolar, una
tarea más. Luego fue una oportunidad de publicar sin pedirle permiso a nadie,
de decir y que otros escucharan. En la pandemia fue el sueño de volver a
escribir, con la oportunidad de retomarlo más adelante, acompañado, en
ocasiones, por muy buenos amigos.
Salir de la universidad y entrar al cruel y fugaz mundo de
los asalariados, el sumergirme en las agendas de los medios, en las
trivialidades de reuniones a las que había que sacarles párrafos para un
trabajo periodístico a veces tan cuadrado que no me creía que lo hubiera
escrito yo. Los planes, la gente, a veces uno mismo; en fin, la vida, me
robaron el tiempo de volver a pensar en forma de párrafos y desahogarme por
aquí
Quiero retomar este proyecto, quizás no como cuando empezó,
quizás no como antes, o quizás sí. Quiero volver a contar historias, a
inmortalizar gente, momentos, a enseñarle a los otros como veo yo las cosas.
Voy a volver a poner mi punto de vista en estas páginas.
A los que alguna vez lo leyeron, a los que no sabían ni que
existía, a los que van a leerlo, y los que no, Historias en Lente está de
vuelta.
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