CÉSAR PRIETO, “SOLO QUIERO SER YO”

Por: Haniel Valdés Velázquez, con la colaboración de Solangel López Cruz 

Fotos cortesía del entrevistado

Para él jugar a la pelota no es un entretenimiento, el béisbol no es un deporte, es su vida, César Prieto Echevarría pareciera haber nacido con un guante en la mano, con la habilidad de batear en el subconsciente. 21 años le han bastado para hacer parecer que todo sobre el terreno es sencillo, y es que en tres temporadas ha sabido escribir con letras mayúsculas su nombre en la historia del béisbol cubano.

La edición 60 de la Serie Nacional de Béisbol llegó cargada de alegrías para el joven cienfueguero, pasó de liderar varios departamentos ofensivos a marcar récord como el bateador que durante más juegos seguidos despachó al menos un indiscutible. 

“Es un gran logro en mi carrera haber roto un récord de tantos años. A mi corta edad, estar en el libro del béisbol cubano, me hace sentir halagado. Se siente bien, se ve el resultado del trabajo y tanto esfuerzo es recompensado”. Con 45 juegos seguidos bateando de hit, superó la marca de 37 que desde 1994 estaba en manos de un grande de la pelota cubana como lo es Rey Isaac.

“Mi crecimiento se debe al esfuerzo, al enfoque, a la disciplina que he tenido en mi carrera. Requiere de mucho sacrificio, no importa hora, fecha, momento, no importa nada, solo trazar el camino e ir por él. Siempre me han enseñado en la casa, mis abuelos, mis padres, que con disciplina, enfoque y deseos de trabajar se pueden lograr muchas cosas”. 

César Prieto ya vistió el uniforme del equipo Cuba y con 20 años fue el segunda base titular del plantel. Su destreza a la defensa y calidad como bateador, así como velocidad para el corrido de las bases lo convierten en uno de los atletas más completos y necesarios en la selección nacional.

“Estar en el equipo Cuba es un privilegio y se siente muy bien. Es muy positivo, estar a mi edad defendiendo la segunda almohadilla del equipo de mi país. Es algo grande representar a tu pueblo, a la tierra que te vio nacer, es importante, es lo que todo pelotero cubano anhela”. 

Dos de los principales referentes de su carrera también han sido parte del equipo que representa a la isla caribeña, Eduardo Paret, un nombre de oro en la historia del deporte, el otro, Erisbel Arruebarrena, hijo también de la Perla del Sur y con el que ha compartido terreno en varias ocasiones. Pero siempre hay una persona a su lado que es el principal responsable, primero de inculcarle el amor al deporte de las bolas y los strikes, luego de educarlo y convertirlo en el hombre que es hoy.

“Admiro a una persona en particular, como profesor, como director, siempre ha estado a mi lado, me ha dado consejos y ha sido mi guía. Esa persona es mi padre, que aunque tuvo una corta carrera siempre lo he admirado, principalmente como persona y como padre”. 

EL CÉSAR DE CIENFUEGOS

César está enfocado en tener una buena actuación y aportar a su equipo en el sueño de ser campeones. Su rival en los cuartos de final es el actual monarca y aunque la calidad de los cocodrilos es indiscutible el cienfueguero se muestra positivo de cara a los duelos que le restan por disputar. 

“Es un gran privilegio estar entre los ocho grandes de la pelota cubana llevamos unos años en que hemos mejorado mucho. Pienso que sí se puede, el equipo tiene gran talento, confianza, es la mezcla de juventud y veteranía. Los más veteranos son los que lideran, los que nos ayudan a mantener el ritmo y hasta ahora han sabido guiarnos por buen camino”.

En su primera campaña probó el sabor de la final cuando estuvo como refuerzo de Villa Clara, no fue hasta el año siguiente, que vistiendo los colores de Matanzas, firmó una excelente actuación y levantó el trofeo que lo convirtió en campeón de Cuba. Hoy, con el traje de su provincia natal va en busca de un sueño que no es solo suyo, sino también el de todos los cienfuegueros que comparten la pasión por el deporte nacional. 

“Matanzas es un gran rival, un gran equipo, buena batería, un excelente staff de lanzadores, con figuras relevantes establecidas en el equipo Cuba. Ellos no ven fácil el play off y nosotros no nos estamos confiando tampoco. De cara al próximo juego puedo decirte que estamos bien anímicamente, solo falta que llegue el momento y brindar un buen juego, es lo que la afición nos pide pese al resultado”.

“Ser campeón no es solo decirlo, hay que hacer cierta cantidad de cosas que creo que nuestro equipo puede hacer. Para nadie es un secreto la calidad que tienen nuestros peloteros y estamos convencidos de que podemos hacerlo bien y que podemos luchar por el campeonato. Si sale el resultado y somos campeones, será algo súper lindo para todos nosotros. A pesar de todas las dificultades que hemos pasado, ¿por qué no soñar con serlo? Es lo que el pueblo ha esperado y pedido siempre. Creo que sí podemos darle ese alegrón a Cienfuegos“. 

Los Elefantes poseen una batería muy poderosa y a lo largo de la temporada su line up en pleno ocupó varios de los primeros lugares ofensivos en las estadísticas. Jóvenes de excelente perspectiva y veteranos de una trayectoria sorprendente se integran en lo que es hoy uno de los planteles más completos de la pelota cubana.

“Pienso que el poder de Cienfuegos se debe al trabajo, a los deseos que tienen los muchachos de hacerlo bien, el talento que existe en los bateadores del equipo. Sobre todo hacemos mucho hincapié en rendir y batear, eso es lo que nos ha llevado hasta donde estamos hoy. Los lanzadores también están aportando su granito de arena, hay que resaltar el trabajo de todos los atletas que se han convertido en grandes peloteros”. 

Los Elefantes de la Perla del Sur son más que un equipo, una familia, lo evidencia el terreno y las sorprendentes jugadas que completan, especialmente esa combinación de tercera, campocorto y segunda.

“Jugar con Pavel (Quesada) y Mateo (Luis Vicente) es algo sensacional, para cualquier pelotero que tenga la oportunidad de compartir con ellos. Son grandes compañeros, Pavel es como un padre para mí y Mateo es como mi hermano. Nos queremos, nos admiramos y así se ve en el terreno”. 

Tantas son las ganas de César Prieto de brillar en el béisbol cubano y de aportar a su equipo que ni siquiera la COVID – 19 ha podido ponerle freno. La enfermedad lo alejó físicamente del campo de juego, pero su mente seguía ahí, al lado de los suyos.

“Fueron días triste, lejos del béisbol, de mi familia, de las personas que quiero, aislado por la pandemia. Me enseñó a meditar mucho, sobre todo, sobre los problemas, las alegrías, los momentos que venían. No es bueno estar en un hospital, pero es muy positivo tomarse una pausa, que hace rato no la tenía. Recuerdo mucho el apoyo de mis compañeros, de mi familia, de todo el pueblo de Cienfuegos”. 

Como si fuera un lanzador rival, César miró al coronavirus a los ojos y le bateó de jonrón, hoy está recuperado, entrenando y listo para seguir aportando a su equipo.

“No estoy al cien por ciento de mis capacidades pero me siento bien. He podido entrenar y a pesar del poco tiempo que hemos tenido pude hacer las cosas que pensé que me iban a hacer falta.”

CUBA TIENE CÉSAR PA´ RATO 

Antes de iniciada la edición 60 del evento deportivo más importante de Cuba, el número nueve de los elefantes se propuso mejorar la actuación de temporadas anteriores y a día de hoy se siente feliz de haber logrado sus objetivos.

“Me siento muy bien al saber que pude lograr las metas que me había propuesto para esta campaña. Junto con mi papá me propuse lograr cosas que no había logrado años anteriores por la preparación que tuve, gracias a dios sin lesiones aunque sin descanso”.

La Serie Nacional le ha permitido al joven camarero de los Elefantes mostrar su talento, y no son pocos los que lo ven listo para brillar en ligas profesionales más allá de nuestras fronteras.

“Por el momento me estoy enfocando en los play off, pero siempre estoy en función del béisbol, siempre estoy activo. Confío en que todo lo que se avecine va a ser bueno y estoy preparado para enfrentar cualquier nivel. Cuando hay disciplina y esfuerzo, siempre se pueden lograr grandes cosas sin importar donde se juegue. Pienso que puede llegar la propuesta de alguna competición extranjera pero no me han comunicado nada por el momento. Cuando me toque el momento, estoy preparado para hacerlo bien en la liga que sea”.

Con 21 años, todavía le quedan páginas gloriosas por escribir en la historia del béisbol, sea con el equipo de su provincia, con el uniforme del Cuba o sobre cualquier terreno, habrán más oportunidades para verlo brillar.

“Que esperen lo mejor de César Prieto, que siempre voy a dar lo mejor de mí y voy a seguir esforzándome por hacer de mi carrera algo inolvidable en la memoria de las nuevas y las viejas generaciones. Quiero hacer un béisbol mío, personal, no quiero imitar, ni parecerme a nadie, solo quiero ser yo. Es lo que he hecho hasta ahora y ha funcionado”.

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