LEYDI LAURA MOYA, CON LA VISTA EN LOS CINCO AROS

Por: Haniel Valdés Velázquez 

Fotos cortesía de la entrevistada 

Corría el siglo XIX y un joven oficial de caballería francés debía entregar un mensaje. Cabalgó entre las líneas enemigas y sorteó obstáculos en el terreno para cumplir su misión. Vio a su caballo caer alcanzado por una bala, un rival desenvainó su espada y lo retó a un duelo, el francés resultó vencedor. Corrió hasta llegar un río de aguas turbulentas que cruzó a nado. Así llegó a su destino y entregó el mensaje.

La valentía de aquel soldado pasó a la historia y su periplo es imitado hoy por atletas que ponen a prueba su destreza y capacidad física en el Pentatlón Moderno. Sin ser de los deportes más mediáticos en el país, los pentatletas cubanos han dado varias alegrías al movimiento deportivo en la isla.

Los Juegos Olímpicos de la Juventud celebrados en 2010 con sede en Singapur trajeron una grata sorpresa para el pentatlón cubano, con 18 años, la capitalina Leydi Laura Moya López se coronaba campeona de la justa con 4100 puntos.

“Nadie se lo esperaba, ni siquiera yo, tenía muy buena preparación, sabía que estaba en buena condiciones, pero resultó una sorpresa hasta para mí”, así recuerda Leydi Laura el momento que la llevó a convertirse en la principal pentatleta del país. 

DE LA PISCINA A LO MÁS ALTO

“Empecé en natación cuando tenía 7 años y luego participé en Biatlé. Cuando terminé el sexto grado me llegó la EIDE en pentatlón y la Escuela Nacional de Natación Marcelo Salado, me gustaba más nadar, así que me fui para ese deporte”.

A Leydi le encantaba nadar, pero pronto descubrió que tenía mucho que aportar más allá de las piscinas. “Con 15 años dejé la natación porque sentía que no avanzaba, que estaba estancada en el mismo lugar. Comencé a practicar el pentatlón como un entretenimiento, pero en la primera competencia que participé resulté ganadora y me subieron al equipo nacional”.

Y llegó al equipo Cuba para quedarse, su medalla dorada de 2010 marcó el inicio de una carrera que la llevaría a convertirse en una de las atletas más importantes de este lado del mundo. 

Entre sus principales resultados se encuentran los tres podios a los que subió en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, bronce individual y sendas medallas plateadas en relevo y relevo mixto. 

Y es que si bien Leydi ha sabido imponerse en competiciones por todo el orbe, en el relevo, junto a sus compañeros, también ha escrito páginas importantes. Competir en compañía de otro atleta puede resultar de mucha ayuda si existe buen entendimiento entre ambos.

“En los relevos me siento bastante cómoda, en el caso del femenino junto a Eliani Cámara, nos entendemos muy bien y creo que cada vez lo hacemos y nos complementamos un poco mejor”. 

“La modalidad de relevo mixto, normalmente la hago junto a Ricky (José Ricky Figueroa), con él me entiendo a la perfección, por eso nos hemos convertido en una de las mejores parejas de América y esperamos para alguna cita mundialista poder entrar en el podio, es una meta que nos hemos trazado”.

En el último Mundial, Ricky no estuvo con la selección cubana, por tanto Lester Ders fue su compañero de equipo y aunque hicieron una competencia de calidad no pudieron obtener medalla, aún así en abril de 2019 se alzaron campeones del tope amistoso disputado en República Dominicana.

Competir a nivel internacional no tiene solo la dificultad de medirte con atletas de muy alto nivel, sino que tener tu bandera en el pecho significa llevar en los hombros el peso de todo un pueblo. “Cada vez que tengo que representar a Cuba trato de que no me afecte la presión para poder controlar los nervios. Es complicado sentir tanta responsabilidad aunque es un orgullo poder entregarle un buen resultado a tu país”. 

LA PRÓXIMA CITA 

Leydi Laura Moya será una de las pentatletas que nos represente en los Juegos Olímpico de Tokio, su preparación para la cita se ha visto afectada por la actual situación sanitaria que vive el planeta. 

“Desde casa hago ejercicios, salgo a correr a veces, tengo cerca un gimnasio en el que me permiten también entrenar. Siempre que puedo con amigos o antiguos entrenadores salgo a nadar un poco y corremos en la pista, para tratar de mantener la forma hasta que podamos incorporarnos a la escuela a hacer todos los eventos”. 

Y es que el pentatlón cuenta además de la carrera y la natación con eventos de tiro con pistola, equitación y esgrima. “Lo más difícil para mí creo que ha sido la esgrima, hasta hoy aún tengo algunos detalles en los que debo trabajar más ya que junto a la equitación, son los eventos más difíciles”.

“No me siento del todo bien, me falta un poco más de tiempo para perfeccionar todos los elementos que quería mejorar luego de los Panamericanos. No hemos tenido competencias, nos falta entrenamiento. Ahora estoy trabajando la fuerza, la carrera. Espero poder mejorar mi forma y poder participar también en algún evento que me permita estar lista para los Juegos Olímpicos”.

Las competencias de preparación y eventos preolímpicos son un medidor importante para el atleta porque le permiten enfrentar a rivales de nivel y conocer como se encuentran para la cita bajo los cinco aros.

“Me afecta no poder competir y ponerme a prueba. La competencia te permite identificar los aspectos que necesitas mejorar. No es primera vez que tenemos que enfrentarnos al evento más importante del año sin competiciones previas. Normalmente tenemos más bases de entrenamientos que eventos como tal. Cuando la situación mejore si espero que se desarrolle algún campeonato, tenemos pendiente el mundial y espero pueda reanudarse antes de las olimpiadas”.

A pesar de la parada obligatoria que ha significado la pandemia, Leydi se muestra positiva de cara a los Juegos Olímpicos. “Mi expectativa es poder estar entre los diez primeros, quisiera lograr mucho más por supuesto, pero debo esperar para ver el nivel de preparación con que llego”.

“Siempre vamos a dar lo mejor, que el pueblo de Cuba esté al pendiente porque vamos a entregarlo todo en busca de un buen resultado”.

Con Tokio en la mira a Leydi Laura Moya López le quedan muchas páginas por escribir en la historia del Pentatlón Moderno y vendrán más oportunidades para que resuene el himno nacional cuando una medalla se pose en su pecho.