RESTAURAR LA OBRA DE RITA LONGA FUE COMO TRAER OTRO HIJO AL MUNDO
Texto y Fotos: Haniel Valdés Velázquez (Tomado de Radio Nuevitas)
Juset Torres Rivero es un joven nuevitero artista de la plástica, graduado como instructor de arte, dedica su vida a crear con el talento de sus manos pinturas, esculturas, artesanías, su obra tiene un sello único e ilustra todo su amor por la ciudad donde vive.
Hasta Caracas llegó su talento cuando, luego de concluir su servicio
social, viajó a Venezuela como parte de la Misión Cultural. Durante dos
años Juset regaló su arte y pintó murales que engalanaron las calles de
Barinas y la capital.
De regreso a su patria se graduó de nivel
superior y continuó desarrollando su carrera. Actualmente es un artista
independiente con varios proyectos en la mira y con muchos deseos de
seguir creando y aportando a la cultura de su tierra.
La india Caonaba, ubicada a la entrada del hotel que lleva su nombre, en
el camino a las playas más visitadas de la localidad, se convirtió en
un símbolo de la ribera norteña. En el año 2008 los vientos del huracán
Ike la arrancaron de su base, quedando destruida parcialmente.
Luego de 13 años las jóvenes manos de Juset Torres restauraron la escultura devolviéndole su esplendor de antaño.
“Hace alrededor de cinco años me hablaron por primera vez de la
posibilidad de restaurar la escultura, la directora del Museo me comentó
que la pieza se encontraba en la institución, pero tenía muy malas
condiciones. Cuando el aire la derribó le hizo mucho daño, se fracturó
las extremidades, la cabeza, parte del dorso, así estuvo durante mucho
tiempo a la espera de poder restaurarse.
En aquel momento no
pude realizar la obra por compromisos de trabajo pero hace unos meses el
director del Sectorial Municipal de Cultura, Leangel Lechuga, me
propuso nuevamente la idea, se acercaba la jornada de celebración del
aniversario de la fundación de la villa y era un momento propicio”.
MANOS A LA OBRA
Todo estaba listo para que Juset iniciara las labores de restauración
de la emblemática pieza y en el mes de febrero la india Caonaba fue
trasladada a su taller para poner manos a la obra y devolverla a la
vida.
“Pesa casi una tonelada por lo que fue muy difícil
levantarla para colocarla en una estructura sólida que le permitiera
mantenerse en pie. Antes de comenzar la restauración le tomamos las
medidas e iniciamos una investigación para recopilar la mayor cantidad
de fotografías que existieran y así tener una referencia de cómo era
exactamente vista desde distintos ángulos.
Rita Longa en su
carrera trabajó casi todos los materiales, en este caso empleó
principalmente el cemento, además de otros que utilizó en la fundición
para darle fortaleza. El 14 de febrero iniciamos las primeras capas de
cemento, fundimos algunas partes como los pies, luego comenzamos a
esculpirla y poco a poco fuimos trabajando hasta verla terminada”.
Restaurar una escultura de este tipo podría tomar hasta tres meses,
pero las incesantes jornadas de trabajo, el apoyo de las autoridades de
Cultura, la familia del artista, las manos que llegaban prestas a ayudar
a cualquier hora permitieron que en casi quince días estuviera lista la
obra.
“Hace falta mucho sol, calor, para que el proceso de
fraguado del cemento sea el adecuado pero el clima ayudó bastante. En el
comienzo no se pensó que estaría para esa fecha, pero se trabajó día y
noche. Logramos tenerla fundida completamente una semana antes del 28 de
febrero, día que decidimos presentarla al público. En los últimos
momentos le dimos mucha lija y la pintura de vinil acrílica, que es la
original que empleó la artista”.
En ocasión de celebrarse el
aniversario 193 de la fundación de la otrora villa San Fernando de
Nuevitas, y como regalo a todos los lugareños, se develó la escultura en su nueva casa, el patio del Museo municipal.
Fue una coincidencia haber estado en Nuevitas, haber nacido aquí, haber sido parte del desarrollo cultural de la ciudad, por eso acepté restaurar la obra.
Hasta el momento
en mi carrera es lo más grande que he hecho. El solo poder tocar una
escultura que hizo Rita Longa me llena de satisfacción, por eso trabajé
con el mayor cuidado. Estudié, busqué información sobre su vida y obra,
quizás para sentir lo que sintió ella cuando hizo la escultura, para de
esa manera ponerle la energía y que el resultado final fuera lo más
cercano posible a la original”.
Una
vez más, como emergiendo del mar, despeinada por la brisa, Caonaba
volvió a la vida. Aunque el pueblo no estuvo presente la noche que fue
develada por causa de las restricciones ante la COVID–19, las redes
sociales se hicieron eco del sentir de muchos que agradecieron a Juset
la oportunidad de volver a ver aquel regalo de Rita a la ciudad.
“Es una satisfacción ligada con un poco de añoranza, tristeza, son
sensaciones raras. Estás viendo el fruto del trabajo que hiciste, la
alegría de las personas que lo aplauden y celebran. Tengo dos hijos y
sentí como que había traído otro al mundo. Es darle vida a algo, que
está ahí y va estar durante mucho tiempo. Quizás la obra no esté
reconocida oficialmente como patrimonio, pero para los nueviteros, sin
dudas, lo es porque identifica a este lugar y a su pueblo.
Tengo que agradecer la confianza de las autoridades de la Cultura en
Nuevitas que siempre me apoyaron. No se escatimó con respecto a la
restauración, no me paré por material porque siempre tuve a la mano todo
lo que necesitaba. Agradecer a mi familia por el tiempo, el que me
dedicaron a la vez para que pudiera yo dedicárselo a la obra. Por
supuesto, dar las gracias al pueblo de Nuevitas, porque sienten la
escultura como suya, luego de estar varios años sin ella”.
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